Mi próximo coche será eléctrico

El caso de Pepa Velázquez ayuda a explicar la respuesta. Esta Ingeniera de Sistemas de 29 años disfruta manejando por las hermosas calles de Barcelona y, mientras la acompaño, casi no puede contener su entusiasmo.

"¡Se siente tan bien manejar un coche limpio! 

Significa que también puedo tener la conciencia limpia y en el largo plazo también resulta más barato". 

Y es el incentivo económico tanto como el medio ambiental el que está impulsando la popularidad de este tipo de coches, pues Noruega ofrece generosos subsidios para motivar a la gente a cambiarse a los coches eléctricos.

Todo parece indicar que Noruega está absolutamente enamorada de los coches eléctricos. El país nórdico es el líder mundial en coches eléctricos per cápita y se acaba de convertir en el cuarto de todo el planeta en tener más de 100.000 en sus calles.

Y si se considera la población de los otros países de la lista - USA con 320 millones, Japón con 130 millones y China con 1350 millones- ese es, sin duda, un gran logro, pues Noruega nada más tiene 5 millones de habitantes.

Hay más: algunos políticos noruegos quieren que en 2025 ya esté prohibida la venta de coches nuevos con motores alimentados por combustibles fósiles. 

Lo que explica por qué Musk, fundador de Tesla, escribió en su cuenta de Twitter: "¡Qué país tan maravilloso! ¡Ustedes son lo máximo!"

Y durante una visita en abril, el empresario ya había dicho que buena parte del éxito de Tesla a la actitud pionera del país en materia de coches eléctricos. Pero, ¿cuál es el secreto de Noruega?

• Los incentivos de Noruega 
• Cero impuestos de compra
• Muy bajas tasas de rodamiento
• Cero peajes
• Transporte gratis en ferries
• Estacionamiento gratis en zonas municipales
• Permiso para circular en los carriles de Bus

El gobierno noruego tiene políticas impositivas bastante agresivas para los coches contaminantes y no le cobra impuesto a los "cero emisiones".

Esta política de "el que contamina, paga" ha hecho que el costo de los coches eléctricos se equipare al de los vehículos tradicionales.

Y Bryn, que sabe de números, dice que en ocho años habrá recuperado el costo total de su coche, gracias a lo que se ahorrará en combustible e impuestos.

Energía gratis

¿Pero no le preocupa a la gente quedarse sin energía? 

Después de todo, la limitada autonomía de los coches eléctricos (480 kilómetros como mucho/ por si les parece poco) es su principal talón de Aquiles.

Pero ahí también Noruega ha encontrado una solución, como me demuestra Lisbeth recargando su coche

en una terminal pública ubicada en un bodega en las afueras de Tromso. 

Y la electricidad que le inyecta a su coche es completamente gratis. Noruega tiene la fortuna de que casi el 100% de su energía proviene de la generación hidroeléctrica, una fuente renovable y barata. 

Y según la Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos, incluso si los tres millones de coches que hay en el país fuera eléctricos, estos nada más consumiría entre el 5% y el 6% de la producción hidroeléctrica anual.

En los puntos de carga rápida Lisbeth puede llevar la batería de su Nissan Leaf a un 80% en nada más 30 minutos.

Y también puede recargar su coche en casa durante la noche, a una velocidad mucho más lenta.

Noruega es el mayor productor de petróleo de Europa occidental y el tercer exportador mundial de gas natural, y eso también ayuda. Significa que el país es lo suficientemente rico como para subsidiar su apuesta por los coches eléctricos.

Preocupados por la batería

A pesar de todas estas ventajas, sin embargo, no todos están convencidos.

En Oslo hay más de 14.000 coches eléctricos, equivalente a aproximadamente el 30% del mercado. Pero en las ciudades ubicadas más al norte, como Tromso, en entusiasmo ha sido más moderado.

Una explicación puede lo difícil terreno y lo que se conoce como "la ansiedad del alcance": el temor de que una batería descargada pueda dejarlo a uno varado en condiciones polares. Hay estudios que demuestran que el desempeño de los coches eléctricos disminuye sensiblemente en condiciones de frío o calor extremos.

Y Nissan - que con su modelo Leaf está a la cabeza de las ventas de vehículos eléctricos en Noruega - admite que el alcance máximo del coche, de 200 kilómetros, puede reducirse notablemente al manejar en climas gélidos, cuando las luces, la calefacción y otras aplicaciones requieren más energía.

Bryn dice que ese tipo de preocupaciones es, precisamente, lo que ha desmotivado a algunos de sus amigos. "Tienen cabañas en el campo y dicen que no creen que un coche eléctrico los pueda llevar hasta allá, que no hay suficientes puntos de carga", explica.

Una ventana al futuro

Aun así, la nueva sala de exhibición de Tesla en Tromso y el aumento sostenido del número de puntos de carga demuestran que la industria está realmente dispuesta a seguir avanzando sin importar lo inhóspito que sea el ambiente.

Y el resto del mundo está aprendiendo las lecciones de Noruega. 

Alemania, por ejemplo, acaba de anunciar un plan de 1600 millones de euros para incentivar la compra de vehículos eléctricos. Cabe mencionar que asimismo cuenta con una infraestructura con casi 5 puntos de carga por vehículo eléctrico en las principales ciudades y hasta 3 por vehículo en caminos secundarios.

España, es otro excelente ejemplo. Si bien el gobierno da un incentivo que oscila entre los €5200 y los €7800 por la compra de un vehículo eléctrico. Aún queda mucho por hacer en cuanto a la infraestructura, Madrid apenas cuenta con unos 200 puntos de recarga en toda la ciudad. 

Holanda, en ciudades como Den Haag, Ámsterdam, Rotterdam, Anthem, Tilburg o Antwerp cuenta con al menos dos estaciones de carga en cada calle principal o avenida. 

Y Christian Ruoff, editor de la revista estadounidense especializada en coches eléctricos Charged, lo resumió así: "Los fabricantes estadounidenses de coches eléctricos ven a Europa como una ventana hacia el futuro".

"Noruega demuestra que si un gobierno puede hacer que los coches eléctricos sean tan accesibles como los que funcionan con gasolina, los conductores los van a comprar, incluso en el Círculo Polar Ártico", escribió Ruoff. 

También desmonta el mito de que los coches eléctricos y sus baterías sólo funcionan en ciudades con climas más moderados, como Oslo o San Francisco, concluye.

Recuerdo que hace unos años fui a buscar mi primer - y último - Porsche a su planta en Leipzig. En aquella ocasión quede maravillado con el primer prototipo de coche eléctrico de la casa, el cual databa de 1898. Tal fue mi asombro que unas semanas después visite la casa matriz en Stuttgart.

Ante mi duda, del porque si ya antes de la Primer Gran Guerra, (1914/1918), la casa ya tenía un prototipo funcional de coche eléctrico se habían volcado al desarrollo de motores a combustión la respuesta fue muy sincera y determinante: al mundo lo rigen los hombres de gris, no los gobiernos, y los hombres de gris son dueños de las grandes petroleras...

Muy a mi pesar cuento en mi carrera profesional con varios años de trabajo para quizás una de las peores, ExxonMobil.

Es como cuando de estudiante descubrí que la red más primitiva de telefonía móvil se había desarrollado entre 1927 y 1938, pero debido a La Gran Depresión (1929/1934) y La Segunda Guerra Mundial (1939/1945) no se consiguieron ni los inversionistas ni hubo interés de parte de los gobiernos para su desarrollo.

En fin, me pregunto qué sería de nosotros, aquellos que hoy llevamos alrededor de 4/5 décadas en este mundo, si la historia y nuestro pasado le hubiesen dado real cabida y apoyo a gente como Nicola Tesla y el combustible elegido de los últimos 200 años hubiese sido las energías renovables...

Best Regards · Mit freundlichem Gruß · Cordialmente ·