CINCO AÑOS SIN MARIA BRIZZI DE LOPEZ CLARO

Pausada cuando lo quería, exultante cuando la situación lo exigía. Hasta entrados los 90 años, contorneaba su cuerpo en las reuniones sociales que el Barrio de Guadalupe le organizaba en ocasiones de su cumpleaños.

Compañera inseparable de César López Claro, admirada por los creadores de la danza contemporánea como Roberto Gómez, o de la talla de Alcides Hugo Ifrán, supo ocupar el lugar más importante de la danza santafesina, promoviendo y exaltando los ritmos y figuras que halló en el indigenismo de Bolivia, Ecuador y Perú, para crear originales coreografías que eran estrenadas en el Teatro Municipal de Santa fe.

Pero no solo eso: documentos hallados y exhumados, hablan de una intensa labor social desarollada en las incipientes colonias agrícolas en los años sesenta y setenta, llevando su escuela de danza con espectáculos gratuitos a gran parte de la bota santafesina. La Basílica de Guadalupe debe gran parte de su subsistencia actual, a las valiosas donaciones de obras que realizó repetidas veces.

Por otra parte, para la época, realizó muchísimos cursos de capacitación en el exterior, con personalidades de talla mundial en Francia, ESpaña y otros países. María aprovechaba los viajes de su esposo al exterior desde los años cincuenta al setenta (fines) para incorporar conocimientos de la danza moderna en Europa y fusionarla con versiones propias desde una cosmosvisión indígena. Es claro: Ella fue la musa inspiradora durante toda una vida. Y si Eduardo Falú y Jaime Dávalos, le pidieron que ilustre sus partituras a C.L.C., sabía que este último, tenía una musa inspiradora oculta como en las terracotas de las partituras para piano de Editorial Ricordi. Sí, con la compañía de María, César llegó a ilustrar tapas de compositores nacionales.

Hermes Binner fue un gran admirador de su persona. No pudo contener su emoción cuando en el año 2007, en el aniversario del museo César López Claro, se asombró frente al gigantesco mural “América” (unico en el patrimonio provincial), pintado por César López Claro en distintas etapas, desde los años sesenta a los ochenta, o mas.

El mismo, comprende tres gigantescos paños  o paredes de la Casa Museo.

Pero Binner conocía la temática social por excelencia de César López Claro. Como médico, comprendió en el corazón los valores de López Claro, empedernido comunista, que leía a Marx, Voltaire, Carl Sagan, pero menciona a Jesucristo en sus manuscritos buscando en el punto ínfimo del universo, una invisible conexión planetaria con el ser humano. Binner sabía que la chatarra que juntaba C.L.C. en las calles para hacer sus obras en los años setenta (período aformalista), se asemejaba con los cuerpos dolidos que le llegaban a los hospitales de Rosario, con una trágica similitud a la obra del período “Nueva Realidad” en las cárceles del proceso.

Algo metafísico. Difícil de describir.

LA DISCOGRAFIA DE MARIA BRIZZI

Asombra al estudioso, al investigador, la discografía que conocía María. En los prolijos catálogos, se indica expresamente obras del Austríaco Arnold Schöemberg (Viena, 13 de septiembre de 1874-Los Ángeles, 13 de julio de 1951), quien rompe con la tonalidad y prácticamente reinventa el sistema tonal, pasando por el serialismo. En los ballets de María, se combina la fuerza del movimiento latinoamericano de los cincuenta y sesenta, con las escuelas nacionalistas y modernas europeas, desde Igor Stravinsky hasta Camille Saint Saëns. Gran conocedora musical, supo copiar a mano coreografias y movimientos cuando no existia la fotocopiador y permanecía tres meses en el extranjero.

María Brizzi de López Claro es una fenomenal MUJER que no fue descubierta aún.

Quizás, prefirió apostar todo a esa antorcha latinoamericana llamada César López Claro, que se incendió en una paleta de colores que abarcó 5 períodos, realizó mas de 5000 obras,  llegando a conquistar y compartir premios internacionales en Bruxelles, año 1966, unico argentino con esa distinción en la historia del Arte.

Lo que no pudo su colega Castagnino, lo pudo él.

Si hoy por hoy florece la danza santafesina, es por el trabajo incansable de María Brizzi de López Claro durante más de tres décadas.

Los flamantes interventores del Liceo Municipal santafesino en 1976, se asombraron cuando presentó su renuncia un mes después del 24 de marzo de 1976, al cargo de Regente de la escuela de Danzas. Y como paso posterior, pidió tramitar su jubilación. Luego vendría un período oscuro en el cual se mudarían a Buenos Aires (un incendio, quizás intencional) destruyó gran parte de su coreografía y vestidos (lo confiesa César en un reportaje), para volver a Santa fe ya afianzada la democracia.

Si hoy por  hoy hay murales en Santa fe Activa, en la escuela Brigadier López de General Paz (ya borrado) es por la obra de César L.C.

Si hoy por hoy hay murales en escuela Prof. Juan Mantovani, es por la obra de César L.C.

Si el artista que escapó de las fauces de Francisco Franco viendo como masacraban su familia en España – JUAN VERGEL- no hubiese sido cobijado por Maria Brizzi y López Claro, otra hubiese sido su suerte.

El estudio socioantropológico de María Brizzi y C.L.Claro es una deuda a futuro que tiene Santa fe. La Casa Museo C.L.Claro es una joya única que solo puede compararse a las que hay en San Justo por ejemplo, u otras partes de la provincia. Y contiene un valiosísimo patrimonio documental que puede llegar a echar potentes luces -como diodos gigantes-sobre la Santa fe, Rosario y Buenos Aires, desde 1942 hasta unos cuarenta años más.

Está todo por hacerse, aún.

Y en memoria de ambos, el PWD de una de las bases de datos encriptada contiene los siguientes números, en un algorritmo modificado:

1912: Año del Nacimiento.

2286954 : pasaporte de Maria.

6 : Mes de nacimimento de César.

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