Las bendiciones de ser un idiota

• • Estamos en un mundo de listos. Basta con que hagas un comentario, de lo que sea, que tu interlocutor sabe de algo que es “más”.
    • ¿Estás constipado? Buah, eso no es nada, hace unas semanas, lo mío sí que fue un catarro.
    • ¿Has tenido una idea que a ti te parece genial para tu trabajo? Bah, siempre lo hemos hecho como hasta ahora, y además, ¿para qué te molestas? ¿Te van a pagar extra?
    
    

    Y así todo. Muy cansino. Te dan ganas de no compartir nada de lo bueno que vas descubriendo, porque siempre hay alguien que, o bien lo encuentra irrelevante, o lo sabe mejor.

    Yo he encontrado la fórmula perfecta. Ser un idiota “profesional”.

    Necesitas:

    • 4 cucharadas soperas de candidez
    • 24 kgs de “me importa un carajo lo que pienses de mi”
    • Dos libras y media de “comprueba tus fuentes antes de abrir la bocaza”
    • Cuarto y mitad de “yaloheprobadoantesyfunciona”
    • 4 Palets de “mientraslaempresavayabienyoiremejor” Ingrediente alternativo: “situnosabesesomastevalierabuscarteotrotrabajo”
    • 365 grageas de “Repetidol” Disponible en farmacias. Una cada 24 horas. Sin efectos secundarios, pero adictivo si se fuma.
    
    

    Agítese bien, y sírvase bien aderezado con una buena sonrisa mañanera, de esas que te salen cuando te das cuenta que por fin has conseguido ponerte los calcetines iguales, ¡y los dos del derecho!

    Nuestro Señor dijo…” no echen sus perlas a los puercos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen”
    

    Dejando de lado el hecho de que los humanos somos lo más parecido a un cerdo (sólo hay que ver algunos cuando hay comida gratis), no hay que olvidar tres cosas:

    - El status de cerdo incorregible, hay muy pocos humanos que lo merezcan. (Aunque, como las meigas, haberlos, haylos) Y nosotros no somos mucho mejores, así que, un poco de humildad aquí.

    -Hay quien, por no destacar de los otros cerdos, sigue la corriente, pero por dentro piensa igual que tú, sólo que no se atreve a decirlo. Y además, es posible que te sorprenda. Hay más idiotas potenciales de lo que parece. Se les distingue por su expresión corporal. Está atento a las señales, y dales cancha en privado. Si triunfas, pueden ser tu más valioso aliado, mientras que no los pongas en evidencia delante de los otros cerdos.

    Al final, lo más importante es ser feliz con lo que uno hace, cómo lo hace, y no sentir vergüenza por ello.

    Por cierto, había dicho tres cosas a tener en cuenta, pero como soy idiota, pues ya sabes.

    Recuerda sonreír siempre como un idiota, no importa cómo te sientas en ese momento. (Por cierto, aún te estás riendo de la línea anterior. Y lo sabes)

    Así nadie sabrá lo que piensas en realidad, y no podrán usarlo contra ti.

    A los idiotas, nadie le hace caso, van a su bola. ¿No es lo que todos queremos?

    Sólo los que de verdad lo son, quieren ser tenidos como los más inteligentes y brillantes.

    Pues enhorabuena, para ellos.

    Ya lo decía Einstein: “No discutas con un idiota, porque te bajarán a su nivel, y te ganarán por experiencia”.      Ser aún más idiota, los deja fuera de juego.

    Por cierto, deseo que te hayas divertido con el artículo.

    Yo me he divertido como un idiota escribiéndolo.

    Dedicado con cariño a Clau Valerio. De idiota a idiota.