¿Por qué lo veo en todas partes?

Últimamente se me hace muy curioso que veo panales y abejas en todas partes, como en el desayuno al hacerme el zumo de naranjas y escucho zumbidos en la radio, tv, Internet, comentarios,.. Y ha sido en repetidas ocasiones y se me hace raro, muchos me dicen que es obsesión pero no creo, el nombre no es nada común se llama beBee.

Hay quien me dice que es, porque ha nacido una nueva forma de comunicarse, una forma de ampliar los contactos, incluso una forma de encontrar empleo, que es una red social que está creciendo como la espuma, pero tiene que haber algo más.

Ahora también lo veo en las gotas de agua, qué me está pasando? 

Ya sé que está revolucionando internet, que está cambiando la forma de hacer networking y de buscar empleo. Y no hablemos de la afinidad, te juntas en colmenas con gente afín, es decir si eres arquitecto, con los arquitectos, o si te gusta el tenis con los del tenis y así es más fácil generar vínculos.

Por si acaso me he informado también y dicen que la apitoxina (veneno de abeja), es una farmacia natural completísima, potentísima!: es antiinflamatorio, analgésico, antibiótico, cicatrizante, depurativo, vasodilatador, antidepresivo, regenerador celular... , que regenera la mielina que recubre los nervios: por eso cura la esclerosis. Da elasticidad a los vasos sanguíneos: por eso cura la hipertensión arterial..., aunque no creo que sea por esto.

Bueno no sé exactamente lo que me pasa, aunque seguramente sea por el conjunto de todo, si puedes entra en beBee y dime si tu notas lo mismo, pero ten cuidado que crea beBeeDependencia.

¿Qué es la beBeeDependencia?

Es una necesidad de conectarte en repetidas ocasiones a www.bebee.com  para encontrarse bien.  Sus características son: un deseo invencible o una necesidad de conexión con el mundo que te rodea y de procurarla por todos los medios, incluso "robando" la wifi al vecino, con una tendencia a aumentar el tiempo de conexión y una dependencia de origen psíquico y a veces físico a consecuencia de los efectos de la afinidad.

Fernando Santa Isabel