¿Cuáles son las ventajas y las distintas aplicaciones y usos del ozono?

Lo primero es conocer en qué consiste la formación del ozono y sus efectos que ya se conocían desde el siglo XIX. Sin embargo, fue mencionado por primera vez en 1785 por el químico holandés M. Van Marun y no fue hasta el siglo XIX, concretamente en 1840 cuando otro químico alemán, C. F. Shönbein, consigue sintetizarlo e identificarlo por primera vez.

El descubrimiento de ambos químicos sirvió para definir este gas de la siguiente forma:

“El ozono es una forma especial de oxígeno, compuesta por tres átomos del mismo y que se representa como O3, a diferencia del oxígeno normal atmosférico, compuesto por dos átomos de oxígeno y representado por O2“.

Decir que se produce de forma totalmente natural en las distintas capas de la atmósfera, gracias a la acción de los rayos ultravioletas sobre el oxígeno presente en el aire formando la denominada capaz de ozono o ozonosfera. La misión de esta capa ya nos informa de los beneficios de este gas tan especial. Y es que la capa de ozono es la encargada de filtrar, absorber y devolver la reflexión de la radiación ultravioleta que viene del sol.

De esta forma, el ozono nos protege sin que lo sepamos ya que evita que los rayos ultravioletas penetren de forma más intensa en la atmósfera y nos dañen. Desde el siglo XIX se conocen sus beneficios y efectos desinfectantes y propiedades antisépticas, y se viene usando en el tratamiento de aguas públicas y residuales, así como en tratamientos ambientales.

Sin embargo, no es hasta 1913 cuando se comienza a destinar la ozonoterapia para el tratamiento de enfermedades y heridas. 

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