Mirar sin ver.

No apreciamos la rotación y la traslación de la tierra. No podemos ver el relieve submarino.

Las olas son casi imperceptibles, como las mareas y las corrientes.

Ni la Luna, el viento, la salinidad o la temperatura influyen en esta imagen.

Y así es como en general, nos acercamos a la historia. Como a una imagen parada en el tiempo.

Y sin embargo, la Tierra se mueve y gira, la Luna atrae, el viento mueve el agua en la superficie, y las corrientes siguen su curso en cada hemisferio, son simétricas. La única diferencia es su costa y en esta me voy a centrar.

En el litoral de la ciudad de Valencia, la corriente circula

de Norte a Sur, paralela a la costa.

Los días de temporal, el fuerte oleaje se produce en superficie, pero seria prácticamente imperceptible si no

ocurre un acontecimiento inusual.

Por tanto durante miles de años la linea de costa cercana a

la ciudad fue la misma.

Como os comente en el artículo "Apolo" tenemos 14 pecios

en 4 playas. Esos son los descubiertos pueden ser más.

Al norte, cerca del barranco de Carraixet tenemos uno de 

origen fenicio.

Al final del articulo encontrares una carta marina y otra del

"Aproche" al puerto de Valencia.

La erosión del hombre

Los humanos modificamos el entorno, en pos del bien común o del más común de los intereses. Los espigones y ampliaciones de los puertos producen la desaparición de la arena de unas playas y el crecimiento de otras. 

Debajo del manto de apacible agua, la arena se desplaza. Se acumula y se convierte en un peligro para los barcos que precisan de "el practico" tanto para la entrada, como para la salida de los buques.

Esta actividad del hombre es la culpable de la mayoría de daños que hemos visto en el pasado temporal, construir donde no se debe y modificar la costa.

Pero volvemos a esos 14 pecios y tal vez la clave la encontramos en un evento deportivo.

La plataforma que ofrece el Golfo de Valencia resulta excepcional para acoger una competición de las características de la Copa América por tres razones: La presencia del viento térmico del sureste “Garbí” que sopla entre los 10 y los 15 nudos de forma constante durante gran parte del año; el hecho de que los espectadores puedan presenciar desde las playas tanto en el norte (Malvarrosa y Cabañal) como desde el sur (Pinedo y Saler) y por último que los barcos Copa América puedan llegar al campo de regatas muy poco después de salir del puerto.

El sistema de medición meteorológica que emplearán las boyas -conocido como mesoescala-, consiste en una técnica muy precisa aplicada a pequeñas superficies que estudia los fenómenos cuyos sistemas de viento y nubes abarcan una extensión comprendida entre los 2 y 2000 km2 y una duración entre unos minutos y dos días. Los remolinos de calor que se generan durante los meses cálidos suelen afectar a zonas muy reducidas y pueden durar solo unos minutos, tiempo suficiente para alterar las condiciones de navegación de los veleros, algo que en una competición como la Copa América, resulta decisivo.

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En la antigüedad no tenían "practico" pocos conocerían los vientos autóctonos, remolinos, bancos de arena y sobre todo los barcos eran muy limitados.

Mirar -1. tr. Dirigir la vista a un objeto. -6. tr  Inquirir, buscar algo, informarse de ello.

Ver -2. tr. Percibir con la inteligencia algo, comprenderlo. Ver cómo son las cosas.

No es fácil, pero cuando lo consigues parece que han desplazado un velo y el mundo cambia.

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Geografía  de Julián Alonso. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A.

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Imagen de portada, libre.