Los héroes no deberían existir

- ¿Sientes orgullo cuando afirman que eres un héroe?

- Lo único que siento es tristeza. Tristeza por comprobar que se convierte en héroe aquel que actúa de forma ejemplar solo por el hecho de ser algo atípico, cuando debería ser algo implícito. La existencia de héroes supone la constatación de que la moral y el deber son la excepción. Hacer lo correcto es ejemplar porque no es lo establecido, porque no es lo habitual. Si todos hiciéramos lo correcto, los héroes no serían necesarios, y sus actos no serían ejemplares porque no serían la excepción.

- ¿Consideras entonces que médicos, bomberos o profesores no serían héroes?

- Estoy convencido de que la mayoría de esos profesionales no quieren ser héroes, lo que buscan es ser útiles porque han hecho lo correcto. No quieren aplausos, tan solo poder seguir haciendo lo correcto.

- Entonces, si no existieran héroes, ¿a quién tendríamos como referencia?

- La cuestión no es el quién, sino el qué. Nuestra referencia tendría que ser el propio deber, no alguien que cumple con su deber.

La propia cobardía, pereza o egoísmo de nuestra sociedad nos invita a buscar héroes en otras personas porque actos como la valentía, el coraje o el mero hecho de servir o ayudar a los demás están en peligro de extinción. No debemos buscar héroes, lo que debemos es atrevernos, ponernos en la piel de los demás, colaborar y, entre todos, contribuir a conseguir un mundo más justo, más cercano, más humano.

El dinero permitirá vivir de una forma más fácil, pero vivir y trabajar por dinero (y no por vocación) nos hará ser pobres de espíritu.