¿ES DE TU PROPIEDAD?

Concebimos a las personas que amamos como cosas. Tienes TU coche, TU móvil, TU casa, TU novio/a.... 

¿De verdad son nuestros? ¿Es posible convertir a alguien que amamos en una posesión? 
Amar o ser amado es una elección. Elijes amar a alguien por aquello que te aporta. Por esas facetas desconocidas que saca de ti. Por crear unos objetivos comunes. Por caminar en la misma dirección. 

Y del mismo modo que eliges amarlo durante una etapa de tu vida, existe el efecto contrario. Cuando todo aquello que te aportaba desaparece, se produce el "desamor", fea palabra.

 No es que no quieras a esa persona, simplemente es que habéis tomado caminos distintos en un punto del trayecto. 

Pero la simpleza del ser humano hace que tengas que odiar o detestar a esa persona, porque se supone que eso es lo contrario del amor. Es solo el tiempo el que te hace ver lo absurdo de ese planteamiento ya que terminas por recordar con cierto cariño a esa persona que decidiste que no estuviera más en tu vida. 

En fin, el concepto de propiedad dentro del amor es una incongruencia. Ese alguien al que amas no es tuyo, es para ti. Esa es la diferencia. El o ella te ha elegido y tu has hecho lo mismo. Es el mayor ejemplo de libertad que existe. Y ser de tu propiedad no es libertad, es esclavitud. 

Vivir una relación con este concepto mal entendido provoca únicamente dolor. Dolor para ambas partes. Para el esclavizado y quien esclaviza. Porque este último necesita un control absoluto sobre el otro. Hasta el punto de focalizar su propia vida en quien ama. Supeditando todo lo que es en su esclavo. 

No concibe que pueda tener una vida que no sea la suya. Que pueda tener ilusiones que no sean las suyas. Y el miedo a perderlo es tan grande que necesita tenerlo controlado en todo momento. ¿Veis? Al final el miedo aparece de nuevo. Siempre aparece. Es el síntoma de una enfermedad personal e intransferible de la que sólo cada uno tiene su propia cura.

Amar es una elección, un privilegio y una consecuencia. Es lo máximo a lo que un ser humano puede aspirar. Amar desarrolla todo lo mejor que llevamos dentro cada uno. Y amar es libertad. Cuando nada de esto aparece, el amor es sólo una obsesión velada. Es ese teléfono móvil de última generación que deseamos tener con todas nuestras ganas. Y que cuando tenemos, a los dos días nos aburre y comenzamos a planificar su substituto. 

Yo amo. Y profundamente. Lo se porque lo he elegido, es un privilegio y mi consecuencia. Y sobre todo... Es libre.