Los periodistas debemos reaccionar al unísono y evitar la humillación

Nada tiene de raro tener que escribir en un avión, aunque es menos común hacerlo regresando de una presentación, pasar por casa para poco más que cambiar el equipaje y marcharte a una feria de la que, en cuanto vuelvas, te olvidaras para viajar al encuentro sectorial por excelencia. ¡Nos come el tiempo!

Pero esa es la vida de un periodista, empezar el día centrado en un tema que te llega a obsesionar como es, hoy, por qué en un país al que le ha costado tanto que le reconozcan ser democrático y al que con fuego interno se bombardea todo el día, un presidente del Gobierno al que nunca ha votado nadie y retorció el concepto de democracia parlamentaria para alzarse en su ego-trono, mintiendo al asegurar que convocaría elecciones, ahora da órdenes a una ministra muy dudosa de tener cualquier tipo de pundonor para que el poder ejecutivo mediatice las acciones del poder judicial (en aras de sus intereses personales y partidistas) y de esta forma, en España volvemos a dejar claro que Montesquieu nada tiene que ver con nosotros. Luego comer con otra inquietud como es la configuración de Amazon Alexa y cenar revisando las cifras del día.

Puede que, entre media, tengas varios teléfonos, el 90% chinazos, chinos y chinitos y que te preguntes cómo consiguen fabricar determinadas máquinas con determinados precios. Y preguntas. Y te responden. Y aseguran que lo consiguen retirando todo gasto ‘superfluo’ de la cuenta de resultados como -según consideran ellos-, “la publicidad”.

Entonces te das cuenta de que esa moda de retirar lo que ellos denominan ‘superfluo’ nos lleva a consecuencias poco deseables

Sí, la publicidad. Entonces te das cuenta de que esa moda de retirar lo que ellos denominan ‘superfluo’ nos lleva a consecuencias poco deseables. Y es que, por muchas simpatías o admiración que nos genere un fabricante, su equipo y sus productos -que muchos nos las genera-, determinadas respuestas te llevan a determinadas reflexiones y a tomar determinadas medidas.