¿Y qué tal si sales del confort?

Una vez que asimilas que el propósito es lo que mueve al universo a tu favor, y que al integrar esta energía con tu atención en el presente vas a generar la realidad que anhelas, es importante hacer un alto para reflexionar un poco y hacerte preguntas como por ejemplo: ¿si mi sueño es claro, entonces a qué se debe que no llegue a manifestarse?

Es muy sencillo, si en lugar de centrarte en ti, en tus anhelos, en los pasos que das día a día, te enfocas en los resultados futuros, en patrones antiguos de conducta, creencias limitantes, permites a la mente revolotear con pensamientos negativos y desconfianza… entonces cuando aparecen los problemas, tu atención se dispersará, empezarás a darle demasiadas vueltas a todo en lugar de enfocarte en las soluciones, lo cual provocará que modifiques el camino y te vayas alejando cada vez más de la meta.

Durante este trayectoria uno de los retos es la supervivencia y para ello será necesario que centres la atención en el día a día, para que así, puedas detectar cuándo es el momento preciso de cambiar de piel, es decir, liberarte de todo lo que te suele sabotear, de tal forma que al encontrarte despejado estarás más alerta y recuperarás la fuerza vital.