OPTIMISMO REAL - OPTIMISMO APARENTE...

Cuando vemos personas optimistas pensamos que la vida les sonríe, incluso da la sensación de que los problemas no les afectan; sin embargo, cuando observamos a las personas negativas parece que únicamente logran ver lo malo en cada oportunidad que se les presenta. Numerosas investigaciones demuestran que las emociones se contagian, de manera que si te rodeas de gente positiva verás el mundo de manera optimista, pero si optas por personas negativas seguramente te convertirás en una persona pesimista. Hasta aquí lo que estamos hartos de escuchar. Huye de la gente tóxica… hay que ser optimista …

Hace ya tiempo que son tendencia temas como la superación personal, la felicidad, la positividad, la transformación y el cambio personal, etc, etc… (tenemos grandes gurus para cada concepto “véase Emilio Duró”, que particularmente me encanta), y con todos ellos se nos llena la boca a los mortales. Y claro; ¿qué ocurre cuando algo es tendencia?... como los monos de feria, todos a lo mismo.

Se habla sin cesar sobre el tema, se hace hincapié sobre los beneficios de ser positivo, feliz, bla bla. Nos vemos arrastrados a ser “super positivos” porque es lo que se lleva. Para ser positivos hay que ser optimistas, felices, estar flow y engaged, ser super entusiasta, super persona activa,, vamos… ser la repera… cualquier día me pongo la capa y superwoman no me hace sombra¡¡¡.

Con tanto coach digitalizado, y con lo que nos gusta ir por la senda que marca la tendencia, nos hemos vuelto grandes optimistas, porque claro, por ahí se empieza:

PERSONA CON ÉXITO = OPTIMISTA+POSITIVA+COMPROMETIDA+RESPONSABLEMENTE ÉTICA + … +…+ … + …

Pero pasa una cosa, todos subidos al carro del optimismo, y no hemos caído en la cuenta de que no todo es optimismo(del bueno):

Si hablamos del optimismo debemos tener claro que una cosa es el optimismo aparente y otra cosa muy distinta el optimismo realista o inteligente. Aclaremos:

Cuando niegas los problemas y consecuencias negativas evidentes; cuando le quitas importancia a lo que está sucediendo (si es negativo claro); cuando eres ingenuo e idealista pensando que sólo nos pasarán cosas buenas; cuando pensamos que nada nos afecta, nada nos desanima y nada nos entristece; cuando pensamos que podemos esperar que las cosas se arreglen por sí solas… Jopeta¡¡¡ que super optimista soy¡¡¡¡ Pues no majete, de eso nada lo que tienes es un optimismo aparente. Porque claro, como nos dicen que hay que ser super optimistas, pues nos agarramos a un clavo ardiendo y nuestra maravillosa mente reacciona y se inventa que así estamos “guay” y nos sugestiona para que pensemos que somos super optimistas. Nada más lejos de la realidad.

Ahora vamos con lo que se aproximaría al optimismo realista e inteligente; podríamos pensar que:

La vida no siempre es un camino de rosas (hay muchísimas piedras en el camino);

No tenemos que evitar el lado malo de las cosas por simple necesidad (es bueno afrontarlo, porque no???, de estas experiencias aprendemos y nos fortalecemos)

Porque empeñarse en negar la realidad (está ahí, no va a desaparecer porque sí); es mejor aceptarla con la convicción de que podemos cambiarla para hacerla mejor.

Cuando tenemos una actitud de acción:

     - Creer (que las cosas pueden mejorar)

     - Confiar (en que es posible generara oportunidades para ello)

Entonces sí, entonces hablamos de que somos optimistas de verdad.

Por otro lado están los pesimistas, que todos sabemos que son unos “cafres”, mientras ellos piensan siempre en el peor de los escenarios y rara vez son capaces de conseguir alcanzar sus objetivos; perdón¡¡¡ (me precipité) , la mayoría de pesimistas no tienen objetivos, ni metas, ni ganas de crear unas expectativas sobre algo, porque simplemente solo ven las piedras del camino y no puede ni llegar a imaginar que detrás de esas piedras puede esconderse un tesoro. Entonces para que molestarse en recorrer ese camino de obstáculos???. 

Este tipo de pesimismo podría conceptuarse como optimismo negativo (así no suena tan mal ni es tan deprimente).

Por lo tanto; cuando tenemos un problema podemos pensar:

“si no fuera por”… (no hay acción)

“tengo que” …. (hay acción)

Son dos formas muy distintas de pensar, la primera no nos lleva a nada, la segunda nos lleva a afrontar el problema y actuar. Veis la diferencia???

Si pensamos en algunas frases, se puede diferenciar bien lo que acabo de exponer:

“Con la crisis que hay ahora, es normal que los negocios vayan fatal, no se puede hacer nada, además no es bueno emprender nada ahora porque seguro que hay muchos negocios que están fracasando y no lo dicen, es algo generalizado. Mamasita que me quede como estoy”

“Sé que estamos en tiempo de crisis, pero voy a lanzar un nuevo negocio, que tengo super claro que va a resultar una bomba, voy a facturar más que cualquiera de mi sector y pronto tendrán que cerrar algunos porque la competencia va a ser brutal”

“La situación actual no es nada fácil pero es mejor intentarlo que no hacer nada…. Escasea el trabajo, los jóvenes han de buscar un futuro fuera, y la esperanza de alcanzar cotas de paro bajas son lejanas, así que cuanto antes empiece a buscarme la vida mucho mejor, porque como tenga que esperar que los demás solucionen esto, la llevo clara”

Os invito a descubrir que frase corresponde con cada tipo de optimismo, seguro que no os cuesta nada acertar¡¡¡

Pero como siempre tendemos a pensar que uno se levanta siendo de una manera y al día siguiente con el visionado de un par de vídeos en youtube de algún “gran experto” y nuestra gran facilidad para el autoaprendizaje (somos autodidactas por naturaleza), ya hemos cambiado, ya somos optimistas, ya está, ya podemos cambiar el mundo, pero la cruda realidad es que son muchos los factores que pueden influir para que una persona sea de una forma u otra y muchas las capacidades, que tiene el ser humano, para desplazarse hacia uno u otro lado de la barrera.

Bajo mi punto de vista, (y tras leer numerosas investigaciones, “o sea se” le das al botón Intro* y aparecen en Google unas cuantas), podemos llegar a la conclusión de que hay tres elementos importantes que determinan que una persona sea más o menos optimista, más o menos feliz, más o menos positiva. 

Si a esto añadimos algún que otro vídeo de los antes mencionados pues quizás algún día… lo más importante es comprenderse a uno mismo, conocerse a uno mismo y tener los pies en el suelo, aunque queramos volar muy alto, siempre con paracaídas.

Porque encima resulta que si somos optimistas podemos vivir más y mejor, tener más y mejor salud, ¡¡¡que más queremos¡¡¡.

Os dejo un enlace interesante, de los que circulan por la red…

https://www.lavanguardia.com/vida/20170115/413326398077/psicologia-optimismo-optimismo-y-salud-luis-rojas-marcos.html